lunes, 20 de febrero de 2012

Mezcla de emoción y ansiedad...

   Miro su mano cerrada en puño y suspiró.

A eso se reducía todo, a contener entre sus dedos y palma una pequeña porción de vida que la unía a él más allá de toda distancia.
   Se estremeció, sabiendo las muchas posibilidades que corría el pichón de paloma antes de regresar con su dueño. 
   Era como si la suerte del ave fuera también la suerte de su propio espíritu. 
   Su corazón volaría gracias a las alas emplumadas de la paloma y llegaría donde su amado lo esperaba ansioso. 
   Respiró profundo y dejó escapar el aire con lentitud deliberada. Si no se hacía de fuerzas en ese momento, nunca más lo haría.
   Él le había enviado aquella criatura pequeña cargando un misiva llena de emociones y promesas, en tanto hacía una pregunta y aguardaba respuesta.
   Ella ya se había decidido, más allá de todo temor y preocupación comprensibles. 
Así y todo, le costaba abrir su mano y liberar al mensajero.
   Suspiró cerrando los ojos y mientras los abría, sus dedos se movieron uno a uno y el brazo dio el impulso adecuado. El pichón se lanzó en vuelo limpio.
   Contuvo el llanto, mezcla de emoción y ansiedad, mientras rogaba que la paloma llegara a destino pronto.
   Pronto, la suerte de su camino cambiaría para bien...

1 comentario :

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