martes, 6 de septiembre de 2011

Estar ahí, sin más...

Está ahí. Con el equipaje listo. Con el dolor a cuestas.
Está ahí. Viendo cómo los demás pasajeros se alistan para subir al avión. Esperando despedirse de alguien que no llega...
Está ahí, aguardando que él alcance a darle el último beso.
Sabe que nunca llegará. Él está en su casa, durmiendo, desconociendo por completo que ella se va ese mismo día rumbo a un destino incierto.
Y aún así... ella está ahí, esperando.

Está ahí, observando la lluvia caer. Imaginando que cada gota que se estampa contra los vitrales es una lágrima suya que se pierde en la intemperie.
Sintiendo que el corazón se le desgarra lenta, agónicamente. Saboreando el dolor que se agolpa en su garganta, una nostalgia atroz que le impide hablar siquiera.
Está ahí, sin saber bien cómo logra respirar aún.

Está ahí... suplicando que un milagro ilumine su existencia y pueda regalarle unos minutos más junto a ese hombre que le ha robado el corazón sin saberlo.
Está ahí, escuchando que por el altoparlante anuncian la partida próxima de su vuelo.
Está ahí, caminando sin ganas, retrasando su entrada al pasillo de abordaje.

Está ahí y alcanza a escucharlo... él llegó. Él grita su nombre. Ruega que no se vaya.
Un corazón sangrando ya. Otro lastimándose poco a poco.
Están ahí, juntos, por un momento.
El avión emprenderá viaje en unos minutos... sólo tienen eso: unos minutos para estar ahí, sin más.



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Relato inspirado en Maybe Tomorrow, de Westlife



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2 comentarios :

  1. ¡Qué triste! Me dio mucha pena y me gustó mucho la forma en que lo escribiste, Erzengel.
    Besos.

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  2. Westlife!! Como me gustan!
    Te juro que me sentí muy identificada; sólo que quien yo esperaba nunca llego y una parte de mi, despues de 9años lo sigue esperando.
    Hermoso texto!

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